Cuando empecé a estudiar astrología y durante muchos años después, tenía la duda permanente acerca de cómo se relacionaba la astrología con la ciencia tradicional, cómo se explicaba y se comprobaba la exactitud de sus principios, cómo sus fundamentos hacían sentido y podían ser explicados desde un punto de vista “racional”. A esto hay que agregar que tengo varios planetas en Virgo, por lo tanto ustedes entenderán que la necesidad de encontrar una explicación lógica a todo lo que iba descubriendo era indispensable.
Con el tiempo, esta necesidad de encajar la astrología con “lo racional” fue disminuyendo a medida que la práctica y la experiencia me iban demostrando, al interpretar las cartas astrales de muchas personas distintas, que a todas les hacía mucho sentido y que aunque no conocieran mayores detalles de astrología, sí encontraban una guía realmente útil cuando escuchaban la interpretación de su carta astral. Entonces la necesidad de encontrar la explicación lógica fue disminuyendo ante la vivencia, aunque nunca desapareció completamente.
Luego, un día escuché una presentación del neurocientífico español David del Rosario, donde explica que hoy hay estudios bastante contundentes que demuestran que los seres humanos sólo somos capaces de percibir por alguno de nuestros sentidos el 5% de todo aquello que ocurre a nuestro alrededor y que, de ese 5% que podemos percibir, sólo somos capaces de procesar conscientemente el 10%. Es decir, la neurociencia más avanzada nos explica que sólo somos capaces de procesar conscientemente el 0,5% de la información que está a nuestro alrededor y que por lo tanto hay un montón de fenómenos y situaciones (nada menos que el 99,5%) que, aunque no somos capaces de entender ni procesar racionalmente, sí existen.
¿Por qué, entonces, nos exigimos una explicación racional y comprobable “por la ciencia” a todo aquello que sentimos y percibimos, si ya se sabe que sólo podemos procesar racionalmente una muy pequeña parte de todo aquello que pasa a nuestro alrededor? Fue así como de a poco se me fue haciendo mucho más evidente que la necesidad de encajar las astrología en el marco y las reglas de comprobación de la ciencia tradicional no tiene ningún sentido.
Si además aceptamos que la Astrología se basa en miles de años de estudios sobre la relación que existe entre la posición exacta de ciertos astros con la ocurrencia de fenómenos de la naturaleza y de determinados comportamientos de las personas, humildemente deberíamos aceptar que lo que conocemos por ciencias exactas no pueden explicar todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Y aún más importante, que si algo no puede ser explicado por la ciencia tradicional, no por eso deja de ser cierto.
Consultar tu carta astral con una persona experta siempre es bueno, aunque no es suficiente. La carta astral es una herramienta de trabajo muy útil y poderosa en nuestro camino de evolución hacia nuestra mejor versión, pero los grandes cambios internos dependerán de que tú comprendas bien y puedas interpretar tu propia carta astral. Esa es nuestra Causa. Por eso, queremos darte todas las herramientas para que seas tú quien pueda leer e interpretar su propia Carta Astral, con los conocimientos necesarios para evolucionar y descubrir herramientas maravillosas que están en tu interior, al alcance de tu mano y que te permitirán desarrollarte y evolucionar hacia la mejor persona en la que te puedes convertir.